Obtener un Premio Nacional de Cultura proyecta luz y visibilidad sobre cualquier creador.
En el caso de la artista electrónica Mónica Rikić (Barcelona, ​​1986), que obtuvo este galardón en 2021, supone un evento con implicaciones profundas sobre la actividad artística y nuestra relación con ella y con el mundo. En pleno impacto de las tecnologías en todas las esferas de la vida, Rikić centra su investigación en el código y la electrónica creativa, la confluencia entre la esfera digital y no digital, la colaboración entre humano y máquina, y el juego como práctica y aprendizaje.

Desde el imaginario de golems, androides y autómatas donde se originan las primeras nociones literarias de robot en el centro de Europa hasta el auge de las inteligencias artificiales en el siglo XXI, el camino y las implicaciones con los agentes no humanos ha sido largo y fértil. Con Rikić el público se preguntará hasta qué punto una máquina puede “co-crear” arte, qué espacios colaborativos y sociales se pueden compartir y, sobre todo, reflexionar sobre la idea que nos invade en tiempos de hiperconexión: no focalizar tanto en saber dónde comienza y termina la humanidad respecto de la tecnología, sino qué significa, esencialmente, ser humano en el tiempo presente.